lunes, agosto 31, 2009

La voluntad final- Parte I

Para aumentar la fatalidad de su ya trágico deceso, este hombre que aún no tiene nombre ideó un plan infalible, propio de la mentalidad suicida. Además de la infaltable carta a sus allegados, comentando con amplio detalle las causas de su decisión y su voluntad final, este hombre sintió que no era suficiente y pensó en acabar con su vida en un lugar público, a la vista de todos los que allí estuvieran. Así, no sólo sería un fatal suicidio, sino también, un espectáculo para contribuir con el entretenimiento de aquellos que lo vieron, alguna vez, transitar por esas calles cada día de su vida. Pero nada era suficiente para este audaz hombre, cuyo único objetivo era que su muerte sea recordada, no por lo trágica, sino por lo espectacular.

Agustina Sosa

Melancolía temporal

El día que lloraste,
Las sábanas se tiñeron de azul
Y el tiempo se frenó
Un instante proporcional a la caída de la primera gota.

En el mismo momento
En que cubrías con tu mano
Tu cara empapada de vergüenza y sal,
La mía se fue acomodando
Debajo de tus ojos, cristalinos,
Y secó con esmero el aguacero
Que ella había provocado.

Y ese pedazo de congoja transparente,
Esa demostración de vulnerabilidad rodante,
Reposó en mi pulgar unos segundos.
Luego, pereció.

Agustina Sosa