lunes, agosto 31, 2009

Melancolía temporal

El día que lloraste,
Las sábanas se tiñeron de azul
Y el tiempo se frenó
Un instante proporcional a la caída de la primera gota.

En el mismo momento
En que cubrías con tu mano
Tu cara empapada de vergüenza y sal,
La mía se fue acomodando
Debajo de tus ojos, cristalinos,
Y secó con esmero el aguacero
Que ella había provocado.

Y ese pedazo de congoja transparente,
Esa demostración de vulnerabilidad rodante,
Reposó en mi pulgar unos segundos.
Luego, pereció.

Agustina Sosa